Vivir profesionalmente de la política (es decir, ser un parásito de los recursos de los contribuyentes) obliga también a ser un demagogo profesional y falto de los más elementales principios. No hay otro modo de mantener el cargo y la prebenda en este sistema amoral y corrupto.
Ahora todos los partidos se apuntan en campaña a clamar por la "España vaciada" y la despoblación de muchas provincias. Poco les importa a esos políticos que sus partidos hayan sido, durante décadas, responsables de la situación que ahora se vive.
Ellos saben que la gran mayoría del voto en España se define por el parámetro de la fidelidad lanar. O lo que es lo mismo, pero entrecomillado: "yo voto a los míos, que ya sé que son unos ladrones, pero para que roben otros, que roben los míos que algo me caerá".
Ése es el sistema que da ve comer a toda esta casta de politicuchos de tres al cuarto. Desde presidentes de gobierno que falsean sus c.v. y sus "tesis", hasta el escalafón más bajo, donde alguna apesebrada de su partido y de currículum sin mérito alguno se define como "latam lover" y llama "sin vergüenza" a quien informa de verdades molestas.
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