Era un asunto que muchos
daban por finiquitado.
Alguien forzó la puerta
del ayuntamiento en la noche del 29 de marzo de 2013.
No se llevó ordenadores,
ni otros aparatos, ni ningún objeto de valor real, según declararon a la
Guardia Civil la entonces alcaldesa “de la legalidad y la transparencia” Teresa
Isidora Solanas, su protegido concejal tránsfuga y posteriormente condenado por
el Tribunal Supremo Jesús Sala Gómez, y el secretario municipal Ángel Pueyo
Fustero, denunciador sistemático de opositores y vecinos y verdaderamente “apreciado”
por no pocos trabajadores del ayuntamiento.
Según contaban los
mismos, el ladrón se llevó un pendrive que contenía la contabilidad de las obras
de urbanización del barrio El Saso, y poco más.
Además, se dedicó a abrir las
puertas y cajones de dos despachos muy concretos. El de la funcionaria Eva
Paesa, que estaba en litigios penales con el secretario municipal y algún miembro
del anterior equipo de gobierno socialista, y el despacho correspondiente al
grupo municipal Popular, cuyo portavoz Edmundo Núñez también estaba luchando en
los juzgados contra los mismos personajes precisamente por algunas supuestas
irregularidades en las obras de urbanización del citado barrio El Saso.
Para quien no conozca el
asunto, añado a continuación unos links
Comunicado del los concejales populares decentes acerca del robo en el Ayuntamiento de San Mateo de Gállego (Un comunicado que dice mucho entre líneas)
Así que, a escasos días
de que la Audiencia Provincial de Zaragoza emitiese sentencia sobre un curioso
caso judicial que el entonces titular del Juzgado Penal 5 de Zaragoza había dejado
dormir traspapelado en un cajón durante un año, aparece casualmente un ladrón
nocturno que, menuda coincidencia, comete intrusión en unas dependencias
municipales para llevarse… un pendrive con “la contabilidad de las obras de El
Saso”
Ni que decir tiene que nadie en San Mateo creyó que
aquello fuera una coincidencia. Es más el comentario general en la calle era
que alguien había contratado a un delincuente con pocas luces para interpretar
la pantomima de un robo que diese que hablar, y poder acusar de la autoría a
otras personas.
Esas otras personas, en boca de la entonces alcaldesa
de “la legalidad y la transparencia” y su protegido concejal corrupto, no eran
otros que quien esto escribe y el concejal y portavoz del grupo de los
populares decentes durante aquella legislatura, Edmundo Núñez.
¿Y por qué se hablaba de un delincuente con “pocas
luces”?
Porque tal pillo demostró una torpeza extrema cortándose durante sus correrías
por las dependencias municipales, dejando restos de sangre que, años después,
en un cotejo de ADN, han permitido acusarle de este robo al ser detenido por la
comisión de otros delitos.
Por supuesto, yo soy uno de los muchos que están
absolutamente seguros de que este intruso fue pagado para entrar en el
ayuntamiento y así crear una historia que pudiera servir a quien fuera para
acusarnos de algo más ante la llegada inminente de más denuncias contra Edmundo
Núñez y contra mí. Y me reitero en ello. Estoy total y absolutamente convencido
de que el intruso recibió el encargo de forzar el ayuntamiento. Nadie se la juega de ese modo para conseguir un simple pendrive y simular otros robos en despachos muy concretos.
Pero el intrigante de mente calenturienta que ideó toda esta farsa quiso dar otro golpe de efecto. Un tiempo después se inventó otro robo más en las dependencias municipales.
21 de enero de 2015 Una "vendetta" de pedorreta y una alcaldesa con galletas.
Volvamos al presente. Ante la noticia de la detención... imagíno que a algún personaje se le habrá revuelto el estómago al ver que este asunto cobra fuerza de nuevo. Un asunto que parecía ya enterrado en el tiempo y que, en realidad, ni siquiera sirvió para lo que su responsable pensó que serviría.
A continuación, las noticias en prensa sobre la
detención del intruso en cuestión.
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