Como era de esperar, las quejas vecinales
- a las que habría que añadir las de padres de alumnos del colegio Galoponte –
no sirvieron para que el caudillo de San Mateo reconsiderase la apertura de un
tanatorio en los bajos de un edificio de viviendas que se haya en la calle
Huesca, ruta habitual de niños y padres hacia el acceso al referido colegio.
No deja de llamarme la atención
que el Ayuntamiento de nuestro pueblo, personificado en la figura del caudillo
y sus entregados y bien pagados concejales, hagan referencia a la defensa de
los intereses del pueblo y todos los vecinos, como puede leerse en la reciente
comunicación que el propio caudillo ha mandado buzonear por ciertos sectores
del pueblo, contestando al artículo del Heraldo en el que se hace público el
contencioso que el Ayuntamiento mantiene con la comunidad de Regantes.
En el caso que nos ocupa, ni las
quejas de los vecinos próximos a la actual y reciente localización del nuevo
tanatorio, ni las objeciones de padres de alumnos del colegio han surtido el
menor efecto. El tanatorio ha abierto sus puertas. Así es como defiende el caudillo los intereses del pueblo y de los vecinos.
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